A principios de siglo, concretamente en 2002 se estrenó la película “Minority Report” protagonizada por Tom Cruise y ambientada en una sociedad futurista. Sin entrar a valorar la calidad de la película (para eso hay gente muy experta) sí que hay una escena que despertó la atención a todos los marketinianos. Nada más entrar en una tienda todos las pantallas empezaron a lanzar mensajes personalizados a nuestro protragonista.

 

Lo que en 2002 parecía una quimera en un futuro muy lejano ahora ya no sólo no nos parece tan lejano, sino que en muchos casos lo hemos superado.

Con la llegada del Internet de las cosas, que básicamente es la posibilidad que tienen objetos “tradicionales” de conectarse con otros objetos (Machine to Machine) o con ordenadores que recopilan toda la información, las posibilidades que se le brindan a las empresas son impresionantes ya que, de una forma relativamente  sencilla, pueden tener información real de los usos, gustos y necesidades de sus clientes, posibilitándonos personalizar la oferta a cada uno de nuestros clientes y encima con datos objetivos. Cisco IBSG prevé que habrá 25 mil millones de dispositivos conectados a Internet para 2015, y 50 mil millones para 2020.

Ya hay segmentos de clientes que esperan, o casi exige, que la Red facilite todas las actividades que desea llevar a cabo y permanecer conectados allá donde vayan. Dicho de otro modo, el Internet de las Cosas comprende todo lo que pueda satisfacer sus necesidades

Ya hay empresas de seguros que personalizan el coste del seguro de cada uno de sus asegurados en función del tipo de conducción que realizan ya que son sus propios vehiculos los que aportan esta información objetiva (velocidad, cumplimiento de las revisiones, etc…) o por ejemplo un fabricante de impresoras que conozca el nivel real de consumo de sus toner y pueda enviar un mail con una oferta especial a ese cliente o por ejemplo, un bote de pastillas es un objeto que, provisto de conexión a Internet, puede decirle al usuario, a sus familiares o a los médicos si se ha abierto o cerrado –y a qué horas– para llevar un control de la toma de dosis por parte del paciente.

Sin duda con la estandarización del internet de las cosas toda la estrategia de Marketing  que implementemos en nuestras empresas irá muchísimo más enfocadas y mejoraremos la eficacia y eficiencia de la misma pero también nos exigirá una mayor coordinación y rapidez para ejecutar las acciones con los clientes. Como empresas, en muchos casos, sólo nos tendremos que limitar a reinventar objetos ya existentes para aumentar su utilidad gracias a la conectividad a la Red pero en otros tendremos que reformularlos completamente  para estar a la altura de lo que esperan nuestros clientes: conectividad y movilidad. Como ya se ha comentado anteriormente, Internet de las Cosas nos obligará como empresas a cambiar radicalmente tanto nuestro “front-office” como nuestro “back-office”, de hecho ya hay estudios que indican que la intención de compra de los clientes aumenta si el producto que va a comprar tiene posibilidad de conectarse a internet.

En definitiva, tal como  indica la Fundación Bankinter en su artículo “El impacto del Internet de las cosas en los Negocios y la Sociedad”, el desarrollo del Internet de las Cosas está llevando a que el consumidor sea cada vez más exigente. Estar más conectados y localizables facilita una mayor personalización de los servicios y objetos que nos rodean, así como una mayor información disponible en el momento de la toma de decisiones y para ello debemos estar muy preparados.

 

Miguel Ángel Ibáñez Amat

Licenciado en Investigación y Técnicas de Mercado, Marketing, y Administración de Empresas, por la Universidad de Sevilla. Master en Dirección de Marketing y Gestión Comercial (Gesco) de ESIC Business & Marketing School. Banca Multicanal y Estrategia Digital en Caja Rural del Sur y CEO de GoUp Marketing. Vicepresidente de Foro Marketing Sevilla.
Twitter: @miguelibanez